En la primera vemos a Lady Godiva, casada en 1840 con el Conde de Chester y a quien un día se le ocurrió suplicarle la tontería de bajar los impuestos que ahogaban a los vecinos de Coventry. "Pero cómo no, querida... Lo voy a hacer... el día que vos te pasees desnuda por la ciudad" habría sido más o menos la respuesta del inefable Leofríc. Así, cubierta sólo con sus cabellos, la heroína montó un caballo y atravesó dignamente las calles... mientras las ventanas solidarias del vecindario se iban cerrando para no aumentar su vergüenza. Según una crónica del siglo XIII, sólo tuvo un voyeur, Tom "el fisgón".
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