DESNUDO
PINTURA DE OSVALDO GUAYASAMIN
Quien fuera definido por Pablo Neruda como «el último cruzado del imaginismo» no es un personaje que permita una fácil semblanza biográfica. Y aun sin detallar fechas, salta a la vista que Guayasamín trató de postular una estética simbolista zurcida por una fibra común: la humanidad sufriente, presa de un poder que la cautiva con falacias y la somete como un desafiante inquisidor. Claro que hablamos aquí de esa humanidad que adopta rostro indígena en Iberoamérica, viste ropas de campesino en las guerras, desnuda el corazón e interpela a sus agresores con mano temblorosa. Esa humanidad que Guayasamín imaginó bajo capas de colores neutros, por el cauce de una voluntad de estilo que, como ya veremos, lo aproxima a Goya y a Picasso.
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