sábado, 28 de mayo de 2022

EL TREN DE ANTONIO MACHADO Yo, para todo viaje..., POEMA.

 



EL TREN

DE ANTONIO MACHADO

Yo, para todo viaje

?siempre sobre la madera

de mi vagón de tercera?,

voy ligero de equipaje.

Si es de noche, porque no

acostumbro a dormir yo,

y de dia, por mirar

los arbolitos pasar,

yo nunca duermo en el tren,

y, sin embargo, voy bien.

¡Este placer de alejarse!

Londres, Madrid, Ponferrada,

tan lindos... para marcharse.

Lo molesto es la.

Luego, el tren, al caminar,

siempre nos hace soñar;

y casi, casi olvidamos

el jamelgo que montamos.

¡Oh, el pollino

que sabe bien el camino!

¿Dónde estamos?

¿Dónde todos nos bajamos?

¡Frente a mí va una monjita

tan bonita!

Tiene esa expresion serena

que a la pena

da una esperanza infinita.

Y yo pienso: Tú eres buena;

porque diste tus amores

un Jesús; porque no quieres

ser madre de pecadores.

mas tu eres

materno,

bendita entre las mujeres,

madrecita virginal.

Algo en tu rostro es divino

bajo tus cofias de lino.

tus mejillas

?esas rosas amarillas?

fueron rosadas, y luego,

ardió en tus entrañas fuego;

y hoy, esposa de la Cruz,

ya eres luz, y solo luz...

¡Todas las mujeres bellas

resultaron, como tú, doncellas

en un convento a encerrarse!...

¡Y la niña que yo quiero,

ay, preferirá casarse

con un mocito barbero!

El tren camina y camina,

y la maquina resuella,

y tose con tos ferina.

¡Vamos en una centella!

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